Soñé que tenía una hija que se parecía a vos. No recuerdo los detalles, si estaba casado, si era adoptada, si la tenía conmigo desde bebé o si llegó siendo grande, pero era mi hija. Y se parecía a vos.
No la recuerdo físicamente, pero a varias personas les repetía lo mismo en el sueño, que me recordaba muchísimo a vos.
Y en muchas partes a mí. Porque mi hija no podía dormir a la madrugada, así que le contaba sobre mis estrategias cuando de adolescente me pasaba lo mismo y así el miedo a la muerte pasaba de largo.
Pero lo importante es que era como vos. O como vos cuando estabas conmigo, o como nosotros cuando estábamos juntos.
Le recomendaba ver las películas que nos gustaban. Le encantaba Reality Bites y cantaba la banda sonora de Laberinto.
Ya no sé de qué más maneras soñarte y traerte conmigo. Es como esa madrugada en la que le pregunté llorando al gato si eras vos vuelta a la vida. Esta vez te tocó en forma de niña.
Que me pedía quedarse despierta conmigo para escuchar Warpaint.
Y que cuando se reía, juro que era como el recuerdo que tengo de tu risa.
Y que en el sueño me decía que a veces le costaba decirme papá, porque antes que eso era su mejor amigo.